Verte me hace daño, no verte me hace peor,
soy un esclavo
entre dos amos, esto no puede ser amor.
Pasaste por mi vida, y ahora no quiero que te marches,
que compartas con
otro lo que de mi te llevaste.
Que tu piel sienta
su calor, donde yo te di mi amor.
Que compartas con ése, lo que conmigo aprendiste,
que le des a él lo que a mí no quisiste.
Es veneno cada bocanada que retuerce y me desgarra,
luego sale de mi cuerpo con lo que resta de mi alma...
Solo un cuerpo disecado caminando entre las sombras
queda...
solo un cuervo merodea festejando mi llegada.
Y yo... ansioso lo recibo, como si este fuera acaso, el mejor de mis amigos...
Y es inútil buscar un sentido, nada puede tenerlo si al
fin te has ido.
Al dejarte ir , mutilé mi alma, ya no siento el cuerpo,
ni encuentro la calma...
Voy a dejarme ir... ¡ven aquí, renegrido emplumado!, satisface tu hambre, culmina esta faena!.
Solo así; quizás... en la comunión con la tierra,
recupere
el sentido mi desperdiciada existencia.
Si dentro mío este
sentir libero, al final de estas palabras,
será en razón de tu
pedido y jamás por deseo de mi alma..
Los brotes que germinan desde lo profundo, que hidratados por tu besos y acogidos en el calor de tu piel surgen tardíos buscando su primavera, no pueden ser cortados...su destino... marchitar lentamente en la más ardorosa abstinencia...
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