domingo, 13 de noviembre de 2022

LA ROSA Y EL PRÍNCIPE

Junto a su presencia se perdió a si mismo, junto a su amor perdió el propio y el vacío dentro de sí fue creciendo proporcional a su silencio, acumulando capas geológicas de dolor y nostalgia.

 Hizo tan propios su distancia y olvido que un dia ya no reconoció su propio reflejo. El presente se tornó un espacio incómodo sin forma ni tiempo, una experiencia diluida, inhabitada, desprovista de toda cualidad, tan solo impulsada por la desesperada necesidad de un futuro reencuentro. 
 
 ¿Será capaz el pequeño príncipe de volver a sí mismo sin ella?, ¿será el resto de su existencia el interminable y tortuoso eco de aquella pregunta? ¿resonarán eternamente en su reloj sincrónico los matemáticos e irónicos mensajes que nunca pudo descifrar?

    Muchas veces ha muerto buscándola en aquel desierto del pánico. Algunas veces calcinado por el ardor de un fuego inapagable, otras por una sed insaciable en un falso oasis o consumido por el prometedor veneno de una coqueta serpiente.
 Luego ha renacido para revivir todo una vez más, desde ese último eclipse en el que la rosa partió del asteroide en busca de una atmósfera que le permitiera respirar por si misma porque aunque amaba a su planeta y a su pequeño príncipe ya no toleraba su techo de cristal...

   
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