Me fascina estar expectante y me perturba estar asustado. Asustado por perderme y expectante por encontrarme.
Ahora y por un tiempo, todo en mí mundo será más intenso porque todo estará cubierto por el hurticante manto de la espera.
Y Aunque resultara que todo existe solo en mí fantasía cada vez que descubro que sigo siendo capaz de encenderme por completo por un deseo, suspiro aliviado por la esperanza que en mí mundo insufla está experiencia, que me dice: no todo está perdido...