martes, 6 de octubre de 2009

AMADA

Dulce crepúsculo
de un tibio músculo
recrea en mi mente
ese sueño latente
de una noche pasada
junto a mi dulce amada
¡refresca la esencia!
de su fiel presencia
de su cuerpo espigado
que a mí fue entregado
de sus manos cálidas
en mis sábanas áridas
que luego arrugaron
Lo que al fin se amaron
Pero la dulce huella
de mi piel en ella
un pacto selló
entre ella y yo
en sus líneas marcaba
cuanto yo la amaba
y a su vez prometía
que llegado el día
en que el señor llamara
sin temor marchara
y a ti dejase, espacial vacío
no sin antes decir cuanto te he querido
cumpliré aquello, que he prometido
y a ti amaré, amada mía
noche y día, hora tras hora
con mi fuerza toda
como ayer lo hice
en aquel eclipse
donde nuestro amor marco
la fuerza del todo; de tu y yo.

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