INTRO MUSICAL

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viernes, 9 de mayo de 2025

EGO: ¿ILUSIÓN FATAL?

Tal vez todo es una ilusión, el noúmeno es incognoscible dijo Kant. La realidad está pérdida por estructura reza el psicoanalisis. Lo único constante es el cambio diría Heráclito y mirá que constante universal acabas de enunciar! Le responderia con agilidad tal vez Parménides; por eso podría ser que lo más cerca que estemos de tocar algo es cuando contemplamos la paradoja en todo y aceptamos que no hay ahí ningún problema que resolver. 
Entonces, quizás, el yo es y no es.

 El intelecto humano con todo lo que puede abordar, con sus nociones, teorías, etc, parece responder al orden cuántico. 
Mientras no observamos nada, mientras no sacamos el afilado escalpelo y diseccionamos nuestras experiencias, mientras no fijamos con pinzas "estériles" las cosas que necesitamos comprender nada tiene "masa propia", ni entidad corpuscular, en el momento que empieza la intervención esa función de onda o estado no dual colapsa, adopta un estado, un valor discreto.
 En otras palabras todo lo que hacemos constantemente es crear... Y eso que creamos no es la cosa en sí y aunque algo debe haber en su composición de la cosa en si -puesto que no creamos desde la nada sino que algún sustrato ontológico debe ofrecerse como materia prima- no sabemos qué pueda ser porque es preconceptual. 

 El mundo de las palabras es el que crea el mundo de las cosas. Nos diría Jacques Lacaan.

Muchas preguntas abre y plantea numerosos desafíos filosóficos y teóricos pensar el psiquismo desde la función de onda, el ppio de Indeterminación, el entrelazamiento, etc pero cada vez más estoy convencido de que somos esa paradoja cuántica. 

Por eso la patología base de la humanidad tal vez sea  la compulsión a querer identificarse con cada "colapso" con cada estado discreto que adopta nuestra experiencia de forma contingente en lugar de abrazar la paradoja de la experiencia humana, lo inhasible de nuestra sustancia. Hacerlo desactiva la contradicción como tal, no porque dejemos de experimentar tendencias que nos lleven simultáneamente en uno y otro sentido sino porque su validación las saca de ese lugar de oposición como lucha y las resignifica como dinámica. 
Un motor para funcionar necesita que una parte esté caliente, en constante fricción y otra fría con mayor estabilidad estructural. Si ese balance termodinámico se rompe, el motor deja de funcionar. ¿No es todo así, Para arriba y para abajo?. De lo más macro a lo más micro?. ¿Cuando alguien inhala, no exhala el universo también?. 

En esta mirada a diferencia del nihilismo más radical o desolador de Schopenhauer o el más resolutivo del sisifo de Camus en los que lo central es un sentimiento de pérdida irreparable, de castigo o condena existencial lo gravitante en esta mirada -que cada vez parece ser menos metafórica y volverse más evidencial- es la noción de unidad irrenunciable que sin apelar a ningúna metafísica o misticismo puede colaborar en restaurar el sentido en una sociedad tan perdida por momentos en los diluyentes bucles de la posmodernidad o hiperrealidad.

Lo más maravilloso detrás de esta mirada -que aunque relatada hoy desde nuevos paradigmas es milenaria- es que no hay que hacer nada para ser esa unidad, solo dejar de identificarse con formas que adoptan estados transitorios bajo el nombre que les queramos dar. Yo psicológico, noción de yo, creencias religiosas, politicas, etc. Está bien tenerlas, son parte del movimiento de ese motor que también somos, son parte del ser-haciendo humano arrojado al devenir, es parte de nuestra belleza única, del milagro existencial que somos pero nuestra identidad esencial no es ningún concepto en nuestra mente.

 Para dimensionar la belleza y profunda verdad existencial implicada en los avances del campo cuántico de investigación describamos un poco algunos hechos de ese mundo. Las posibles lecturas entre líneas se las dejo a ustedes .

  La mayor parte de la masa de los protones y neutrones —los componentes básicos del núcleo atómico— no proviene directamente de la masa de los quarks que los constituyen, sino de la energía que los mantiene unidos. Aunque cada protón y neutrón está formado por tres quarks de valencia, sus masas individuales representan solo una pequeña fracción de la masa total del nucleón. Esta observación sorprendente es explicada por la cromodinámica cuántica (QCD), la teoría que describe la interacción fuerte, una de las cuatro interacciones fundamentales del universo.

Según la QCD, los quarks están unidos entre sí mediante gluones, las partículas mediadoras de la interacción fuerte. Los gluones no solo mantienen a los quarks confinados dentro de los protones y neutrones, sino que también generan una especie de “mar cuántico” de partículas virtuales, como pares de quark-antiquark, que aparecen y desaparecen constantemente. Esta dinámica interna genera una enorme cantidad de energía, y gracias a la equivalencia entre masa y energía descrita por la ecuación E=MC², esa energía se manifiesta como masa efectiva del nucleón.

Por lo tanto, la masa de los protones y neutrones no es una propiedad estática ni simple: es una manifestación emergente de la energía del vacío cuántico contenido en ellos. Este fenómeno nos revela una verdad profunda: la materia visible del universo —nosotros incluidos— no está hecha principalmente de la masa de los quarks, sino de la energía de las interacciones que los mantienen unidos. En otras palabras, nuestra masa es, en su mayoría, energía pura confinada por la interacción fuerte.


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