El vacío-noche
oscurea el escenario
que las estrella
en el firmamento-mundo
Como Pinceladas cuánticas
Se constelan
átomos pulsantes
entes discretos
de principio incierto
y un final probable
Pequeñas alquimistas
aquí y allá
que parecen otras
y son ellas, o
que son otras
que parecen
las mismas
el fugaz titilo
que las atestigua
graba en el alma
las experiencias
que el trasnochado atesora
en los arcones de su retina.
Cuando Se encienden me parecen la alegría misma,
que solo resplandece por la oscuridad que la precede
Se apagan y se encienden
Cómo balizas exóticas,
incandescentes, efímeras
-trascendentes-
noches de verano
flotantes guirnaldas
-fluorescentes-
infancias mágicas
La trágica adultez
de una humanidad
Enceguecida,
desteje
la red centelleante,
Tiende el manto
voltaico
Que la encandila
Y las apaga
una a una...
II
Si las luciérnagas se apagan
¿quien encantará las fauces del solitario bosque y
dará vuelo a las hadas?,
¿quién indicará el sendero al fauno .
e inmortalizará los manglares
con sus destellos fulminantes?...
¿Cuál lucero acompañará
Al acalorado insomne
por las noches
de verano?
¿Que faro guiará las musas
hacia las angustiadas
almas sensibles, tan
ávidas de sentido y
urgidas de creación?
III
Si las luciérnagas se apagan, entonces
¡que corazones poetas se enciendan por las noches!
que sus ojos trasnochados
amarillos neones se vuelvan
que titilen los párpados
Y revoloteen pestañas
Sobre la hierba húmeda
Que la prosa
Se vuelva sinestesia
Y destelle fosfórica
la encendida voz
que insufle vida
a cada párrafo escrito