Asoma tu rostro, entregate al viento... tan solo una caricia y sabrás como siento. Con fuselaje de letras, palabras aviadoras, remontan al cielo y vuelan por horas. Tú nos ves llegar, tú nos recibes, tú nos acoges y nos despides. Cuando me necesites estaré, cuando no, callaré y cuando comprendas... al fin partiré. Si alguna vez no me encuentras no maldigas por mi, no te he dejado, viajo lejos por ti. Aqui me despido, pues alguien me llama, pronto regreso... no pierdas la calma.
sábado, 22 de agosto de 2009
¡CREO!
y en el espíritu valiente,
del que enfrenta la vida
de cuerpo presente
En amar con locura
y no medir el resultado,
porque abrir el corazón
es ya haber ganado
Creo en la revancha
de quienes se empeñan;
y con su fuerza a ganar,
día a día me enseñan.
En buscar un destino,
seguir siempre adelante,
llegar al final
aunque sea distante.
Creo en la esencia
de aquello vivido,
rescatar su transparencia
para darle sentido
En ese miedo
que me hace ignorante,
porque evita que sea
aún más pedante
Creo en todos
los seres humanos,
que aman la vida
y se toman las manos.
¡¡Creo en ti!!,
en tu amor infinito,
porque que haces posible
todo lo escrito...
lunes, 20 de julio de 2009
BALDOSAS DE MELINCUÉ
A unas cuadras de melincué mientras el olor de la madreselva se abria camino entre las inflamadas mucosas de mi rinitis alergica, salté el charco de la facultad de veterinaria, el charco de la vereda de la facultad de veterinaria y caí en medio de dos baldosas medio rotas, bastante simétricas pero sobre todo opacas, la ajadura recorría el sinuante camino desde el vértice superior izquierdo, hacia mas o menos su opuesto, mas o menos porque un dedo y un periquete cabrian entre la ajadura y el vértice inferior derecho. La ajadura era sinuante pero sobre todo egoísta. Su inclinación sobre la profundidad de la baldosa no dejaba ver el resto de su material. ¿será la baldosa de melincué, la baldosa de la facultad de veterinaria, la baldosa de la vereda de la facultad de veterinaria a unas cuadras de melincué la respuesta a mi pregunta?
Necesitaba mas datos y la baldosa presumida no me permitió proseguir. Miré a su alrededor despreciándola por su egolatría. Repiqueteó mi mirada entre una bella baldosa ocre de entera compostura de bella figura, de limadas aristas de calado diseño y aquellas egolatras, penitentes, ajadas, desoladas baldosas. La intención era clara. El desprecio. El más impúdico, desleal unilateral y flagrante desprecio hacia su vacuidad. Ahora miro el charco. Enlodado, enmohecido, patinoso, casi gelatinoso charco de alguna oscura sustancia. Podría decirse que algo de agua hay en su composición. Pero no lo aseguro. No me decido.
¿Será el charco, ese charco enmohecido, la ectoplasmatica sustancia, el pútrido charco de la vereda de la facultad de veterinaria a unas cuadras de melincué la respuesta a mi pregunta?.
No lo entiendo. ¿Ni tu verdad?. ¿Que es todo esto? no tiene sentido. ¿Porque ocultar el resto de material en su declive ajadura?. ¿por qué tanta insinuación? Tanto despilfarro, para nada. Esa baldosa no es baldosa. Es cualquier cosa pero no baldosa. Quien se atrevería a pisar en ella, tan cóncava, tan hermosa. ¿porqué no se hará mil pedazos?. ¿quién se cree?. Nadie la mira, a quien le importa. Creeme tu no la pisarias. Jamás querrias hacerlo. Que te importa. Nunca las has visto, en cambio yo sí. La he visto asolearse las secas tardes de enero. La he visto refrescarse por las noches, henchirse todos los mediodias y desinflarse todas las tardes y hasta la he visto ajarse de una vez. ¿Tu que puedes saber?. Tu no la entiendes, tu solo crees que ya no sirve; y total que mejor estaríamos todos sin ella, sin sus aristas, sin su ajadura y su material oculto. Que mejor sería de una sola pieza, nueva y reluciente, pétrea. ¿Que útil no?. Que importante es caminar por la vereda pisando firme, que buenas son en días soleados y que certeras harpías saben ser en aguaceros. ¿Que inútil no?. ¿Cual flota?, ¿cuál no?. Que importa. Es que tu no entiendes. Yo las he visto ahogarse por la cuerina gastada de una bota berreta. Heroísmo, del mas anónimo. Hasta hoy.
Egoísta, pero elocuente. Elocuente pero vehemente. ¿Será su elocuencia la respuesta a mi pregunta?. ¿Será su vehemencia el castigo a mi insistencia?.
"Todos estamos rotos, así es como entra la luz"... (Ernest Hemingway)